Nuestra cultura, nuestra educación, nuestro entorno nos lleva a pensar que el amor, sobre todo el de pareja tiene que llevar aparejado el apego, la dependencia emocional hacia la persona amada…Esas frases repetidas tantas veces por los amantes: no puedo vivir sin ti, mi vida no tiene sentido si tu no estás; etc, todas las que podáis imaginar y que alguna vez habéis puesto en vuestra boca; por amor hacia la pareja.
Hace unos días un amigo me envío un enlace de una bella canción de amor, con una melodía pegadiza y una letra para mí absolutamente destructiva y como digo a veces, rozando el terrorismo emocional. La canción la interpretan Vanessa Martín y Axel, su título ¿Y qué? , y dice perlas , como estás:» ¿ Y qué? Si el amarte me cuesta la vida, si probarte es una acto suicida, si hasta el alma por ti vendería… yo no puedo elegir, porque te amo; si tus besos me quitan la vida. ¡Uff! De verdad, ¿esto es el amor?…», si alguien alguna vez me dice algo así, saldré corriendo sin mirar para atrás. Se me ponen los pelillos de punta de pensar que este tipo de canciones llegan a nuestros adolescentes , a personitas que despiertan al amor de pareja, algo tan maravilloso, pero que puede ser tan perjudicial para la salud mental, emocional y a veces, física. Pensar que una pareja de jovencitos enamorados pueden pensar que el amor está basado en el absoluto apego y dependencia hacia el otro/a, a través del control absoluto de la persona amada. Cuando hablo o escribo de esto , siempre me acuerdo de mi querida Mónica Esgueva, que por cierto, hace poco fue calificada como una de las 100 pensadoras españolas más influyentes de España; mérito ganado y que sin duda merece; bueno, Mónica dice que el AMOR, tiene que ser la extensión más maravillosa de la libertad individual de cada ser humano, ¡¡ qué definición más fantástica y bonita!! ¡ Y difícil!. El AMOR, basado en la confianza de la persona amada, basado en la honestidad de la pareja, en la empatía, en los valores, y en el espacio de libertad que cada uno necesitamos para desarrollarnos como personas, como seres humanos, en la comprensión. También dice Mónica, que a veces para llegar al lugar indicado , hay que caminar sólo. Ahí refleja ese espacio de libertad individual que necesitamos. No siempre hay que compartirlo todo con la persona amada.
El apego nos lleva a la dependencia, y ayuda sin duda a impulsar el sentimiento de posesión hacia el otro. Decía Balzac que el amor es un arte. Totalmente de acuerdo, y yo añadiría que casi una ciencia, porque aprender a amar es complejo con la premisa del desapego. Descodificar y desprogramar lo que hemos aprendido y lo que aprendemos sobre el amor pasional, dependiente, enfermizo, necesita un camino. Aprender a amar sin apego es muy complejo. Entender a la pareja como un ser independiente a nosotros, respetándolo profundamente; pensar que puede tener pensamientos distintos a los nuestros y eso, no lo hace un enemigo, que necesita espacios en los que el otro/a no pinta nada, entender el amor como una extensión de la libertad, nunca como una castración de la misma.
Como dice Walter Riso, en su libro ¿Amar o depender?: Depender de la persona que se ama es una manera de enterrarse en vida, un acto de automutilación psicológica donde el amor propio, el autorrespeto y la esencia de uno mismo son ofrendados y regalados irracionalmente. Cuantas veces no hemos escuchado a un amante decir con orgullo y profesar estas premisas de dependencia: Vivo por él/ella, no sé que haría sin él/ella, si se muere me moriría con él/ella. Sin duda el amor de apego consigue sumergir en la idiotez absoluta a los amantes que lo profesan.
Sería recomendable la lectura de un texto de Erich Fromm, que muchos conocerán y que tituló “el arte de amar”. Un ensayo sesudo sobre el AMOR.
Soy consciente de que todos hemos vivido experiencias amorosas, sin duda con dosis de apego, porque así hemos entendido y nos han enseñado lo que era el amor. Hace más de una década, yo mismo escribía esto:
» Mi soledad es tu ausencia…/Mi sed de ti,/Tu mirada perdida,/Tu desilusión eterna,/Tus manos sobre las mías,/ tus caricias vacías,/ tu aliento sin el mío,/ mi soledad es tu ausencia. ( del libro poemas en la mar)».
Dice Erich Fromm, que el amor como cualquier arte, hay que aprenderlo desde el dominio de la teoría y desde el dominio de la práctica. Primero convencerse de que se puede AMAR sin apego y después ponerlo en práctica. Cientos de libros de filosofía y psicología pueden ayudarnos en esta difícil tarea. Y os aseguro que puede conseguirse.
Por qué no enseñar a nuestros hijos/as está teoría para que después cuando sientan la llamada del amor erótico (como lo llama Fromm), puedan ponerlo en práctica; y no sufran más de lo que debieran pensando que la pérdida de un amor, es la pérdida irreparable de una parte de uno mismo/a. Me acuerdo también de una definición de AMOR que daba el fabuloso Antonio Gala, que decía que el AMOR era una amistad con momentos eróticos.
Dice Walter Riso, que la pareja por encima de todo y sin excusas, debe amarte y respetarte, las dos deben coincidir y darse, si no es así estás con la persona equivocada. NO TE MERECE QUIÉN TE HACE SUFRIR. Nunca se debe perder la dignidad por AMOR. El autorrespeto es una guía, si tú no te respetas no puedes pretender que tu pareja te respete. Si la dignidad personal se activa, el apego se diluye y pierde fuerza. Para vencer el apego y no volver a caer en él, tu mente debe acostumbrarse a no negociar los principios.
AMAR es algo maravilloso, y hablo del amor de pareja, no debemos renunciar a hacerlo, pero poder hacerlo desde la libertad , no desde el apego y la castración de la misma, más maravilloso aún. Si alguien siente que AMA SIN APEGO, enhorabuena. Estará pisando el camino de la felicidad con más seguridad, con más consistencia, con más entereza. La felicidad no necesita del AMOR de pareja, pero si está presente mejor.
José Luis Mellado Vergel
Socio-Gerente de León Y Vergel Asesores S.L.