Me manda una amiga un mensaje de buenos días, con la siguiente frase: “La palabra RECONOCER es tan importante, que se escribe igual al derecho que al revés.” Verdaderamente es así. Lo digo por su importancia. Y sobre todo pienso que, en la acepción del reconocer, alguna situación o hecho que sigue importunando nuestras vidas, nuestro estado emocional o nuestro equilibrio.
Cuando en alguna ocasión he hablado del proceso de autoconocimiento como camino hacia la felicidad, estaba en ese proceso el aceptar. La aceptación como un paso para el avance de uno en este camino maravilloso hacia nuestro equilibrio. Es curioso como al recibir este mensaje mi mente ha pensado en aquellas situaciones, hechos, cualidades de mi persona que habiendo conocido e intentado resolver siguen ahí sin ser superadas. Y vuelvo a RECONOCERLAS como esas que quedan pendientes y no han sido RESUELTAS. En el reconocimiento está sin duda la aceptación. Ya que reconocer es volver a conocer algo.
Revisar de vez en cuando nuestra situación personal y atender a aquellas situaciones o detalles de nuestra personalidad que en su día detectamos como no deseables y observar si ya fueron resueltos o de alguna manera siguen ahí. RECONOCER que siguen y volver sobre ellos para que no molesten más a nuestro equilibrio personal, que en mi opinión es importante para permanecer en un estado de FELICIDAD.
Nuestra mente nos engaña y nos lleva a escenarios que otros no ven. Nuestra realidad en muchísimas ocasiones es distinta a la de alguien que tenemos al lado y que está observando lo mismo, pero no lo ve igual. Ya la mirada es distinta y depende sin duda del observador. Esto es difícil de asumir ya que lo que vemos es lo que creemos que es la verdad, la realidad. Sin duda es un ejercicio de RECONOCIMIENTO continuo el aceptar que esto es así. Aceptar la realidad del otro es aceptar miradas distintas, a veces incluso opuestas.
Con personas de nuestro entorno y de nuestra cultura puede ser que esa mirada sea parecida. Cuando viajamos a países diferentes y de otras culturas podemos observar de una forma continua como esa mirada puede ser muy distinta. Sobre todo, en aquellos donde la situación económica es peor que la nuestra y donde el extranjero es una hucha andante que hay que intentar abrir. Ya el sentido de la supervivencia hace que muchos hechos se vean de forma distinta. No observar y reconocer esto puede producir mucha angustia y mucho malestar.
Reconocer en nosotros lo que vemos en los demás y entender que si nuestra mirada es distinta es por muchos factores que influyen en cada uno de nosotros, por las distintas culturas, costumbres.
José Luis Mellado Vergel