¡Qué suerte tienes!, ¡Qué casualidad! Cuántas veces no escuchamos esto sobre hechos o sucesos que nos acontecen. Muchísimas personas basan su existencia en el azar o la suerte, con la convicción de que lo que hacen o lo que piensan no tiene consecuencias. Entre otros efectos, esta forma de vida tiene uno que me pesa mucho y es la falta de responsabilidad sobre sus vidas.
Si tus hijos tienen una vida sana y completa: ¡qué suerte has tenido con tus hijos! Si tienes un buen trabajo y te sientes bien en él: ¡ qué suerte tuviste! Y así podríamos seguir hasta “el infinito y más allá”. Esta filosofía lleva a las personas a la simplicidad.
Borja Vilaseca en un artículo que escribió en marzo del 2011, decía algo que por supuesto está vigente hoy:
“Formamos parte de una sociedad materialista, desencantada del mundo en el que vivimos. Por eso, en general solemos creer que nuestra vida es un accidente regido por la suerte y las coincidencias. Es decir, que no importan nuestras decisiones y nuestras acciones, pues en última instancia las cosas pasan por “casualidad”. Esta visión nos convierte en meras marionetas en manos del azar”. Un párrafo que da mucho que pensar y deja claro y vigente un pensamiento muy común que llega a ser una verdadera filosofía de vida. En mi parecer absurda y carente de sentido. Es una filosofía sencilla y que nos llevaría a un trabajo interior nulo.
Si tuviera un pensamiento radicalmente budista, diría que este tipo de personas están en un nivel de vida que les permitirá en otras vidas ir avanzando hacia las más avanzadas donde se permitan agarrar las riendas y comenzar a crecer como seres humanos. Porque sin duda si uno deja su vida en manos del azar nada puede aparentemente hacer sobre ella.
Ahora está muy de moda lo de: “EL DESPERTAR”, y hemos podido ver seguro algunos vídeos o muchos que corren por las redes hablando del cambio de visión de la vida, que parece que la pandemia maldita es la que va a permitir llegar ahí. Y VAMOS A SER TODOS MEJORES PERSONAS. Yo ya lo he comentado aquí: ¡No me lo creo! Lo que está evidenciando es el grado de infinitud que tiene la ESTUPIDEZ HUMANA, que ya acertadamente predijo Einstein.
Dice Vilaseca en ese maravilloso artículo, ahondando: “ no en vano creer que no tenemos ningún tipo de control sobre nuestra vida refuerza nuestro victimismo”. No le falta razón el victimismo termina siendo una de las patas de la estupidez.
La ley de la sincronicidad viene a decir que todo lo que nos ocurre tiene un propósito, y yo diría que si tiene un propósito es que lo que nos ocurre es lo que nos tiene que ocurrir, como dicen los budistas: TODO ES PERFECTO.
El psiquiatra Carl Gustav Jung, decía que la Ley de la Sincronicidad, llevaba a explicar como eventos a los que solemos adjudicarle azar o casualidad son en verdad resultado de una íntima conexión entre lo interior o lo exterior. Lo que nos pasa dentro termina generando una atracción no consciente que atrae hechos o sucesos determinados.
Yo viví mi despertar hace unos años, después de prepararme durante casi toda mi vida, a través de cientos de preguntas que iba contestando casi siempre de forma autodidacta comprendí que debía cambiar de forma drástica mi vida y mi forma de pensar, y comencé utilizando la relación entre mi interior y mi exterior. Tomar conciencia de uno mismo. AUTOCONOCIMIENTO. Pensar que era importante conocer en algunos casos sucesos del pasado que me hubieran determinado mi futuro, la MEMORIA HISTÓRICA. Nada era casual. Tomar las riendas de mi vida, y sentirme responsable de lo que hacía y de sus consecuencias. Dejar el victimismo y no quejarme continuamente de mi aparente mala suerte. Desear profundamente que ocurrieran sucesos en mi vida para llegar a mis objetivos. AMAR EL CAMINO, dejando los OBJETIVOS en segundo plano. Abrir tu corazón sin tapujos a todo lo que venga y manifestarme cómo era y no como el resto quería verme. Yo llamaba a esto la Ley de la Atracción. Comencé a experimentar cómo funcionaban todas estas acciones en mi vida, y como poco a poco iba poniendo mi VIDA, donde yo quería ponerla. Y funcionaba, vaya si funcionaba. Sin llegar a entender del todo las manifestaciones sobre la sincronicidad de Jung, entendí que había fuerzas interiores que inconscientemente tenían efecto sobre los sucesos externos que mi entorno me ofrecía. Entorno, universo, dioses, maestros… a saber, para mí esto es irrelevante, hoy no necesito saber sobre esto. Soy consciente que realmente es una creencia, que no hay un respaldo científico. En el mismo nivel que creer que las vacunas del “coriviri” van a funcionar sin pasar los controles que científicamente deberían pasar. Supongo que el miedo principalmente hará que nadie se planteé, o casi nadie si son o no efectivas. Hay vacunas que han tardado años en obtener una licencia para su utilización. Y esta será seguramente la vacuna que se ha puesto en marcha en menos tiempo. Difícil hoy no sacar a colación el maldito “coriviri”
La ley de la atracción es la creencia pseudocientífica de que los pensamientos (conscientes e inconscientes) influyen sobre las vidas de las personas, argumentando que son unidades energéticas que devolverán a la persona una onda energética similar a la emitida. Esta idea carece de respaldo científico. (Fuente Wikipedia).
El tema tratado es de un amplio recorrido, sin duda volveré a él. Creo que lo dicho da para reflexionar y continuar en otros artículos.
Para terminar unos apuntes (dos) de observación del “coriviri”:
Leo un decreto de la Junta de Andalucía sobre unas supuestas ayudas a los autónomos por la pandemia. Mil eurillos a fondo perdido. Después de que me vaya subiendo la tensión a medida que leo la exposición de motivos, creo que unos 15 folios, donde la responsabilidad de todo lo que ocurre es del “coriviri”, ya se encargan los políticos de afinar el lápiz para salvar su responsabilidad. Parece que es el “coriviri” el que decide qué hacer y qué medidas tomar. La cantidad de restricciones absurdas y documentación a presentar casi seguro impedirá que ese dinerillo, que no creo que a nadie o a casi nadie llegue, salve una economía familiar. Llegará a quien menos lo necesite, garantizado). Es de risa establecer, que si un empresario autónomo debe algo a la Administración pública no tiene derecho a esas ayudas, precisamente el que ha dejado de pagar en esta pandemia es sin duda el que más lo necesita. Como casi todo lo que hacen estos insensatos estúpidos va dirigido al escaparate.
Por último, viajo a Marruecos por trabajo con mi análisis debajo del brazo afirmando que estoy sano. A mi vuelta otro análisis diciendo lo mismo, pero en vez de negativo, NEGATIF, en francés. SORPRESA ESTÚPIDA… en el aeropuerto de Málaga, nos dicen que el certificado en francés es poco fiable porque es NEGATIF y no terminan de entenderlo, los viajeros de ese avión tenemos que hacernos un test rápido. Nos retienen durante una hora, para decirnos que con ese test rápido, menos fiable que el otro, al ser NEGATIVO, es más fiable que el test que dice NEGATIF. Los chavales que nos retuvieron solo decían: es culpa del Gobierno que ha establecido que los certificados de estar NEGATIVOS tienen que ser en español o inglés. De verdadera guasa o ESTUPIDEZ en mayúsculas. En qué gastan nuestros recursos estos politicuchos.
Erasmo de Roterdam decía más vale tener gobernantes malvados que gobernantes estúpidos e ignorantes, por supuesto, mejor es tener buenos gobernantes, porque los primeros, los malvados, son previsibles: de ellos sabemos que sólo se puede esperar maldades. De los estúpidos e ignorantes, nunca se sabe lo que nos puede llegar, puesto que, al ser ignorantes y estúpidos son absolutamente imprevisibles.
José Luis Mellado
Responsable del Dpto. de la Felicidad de León y Vergel