Continuando con el artículo anterior, abordo la segunda de las claves para vivir una vida mejor, basado en “La sabiduría de los griegos”. Recordemos:
Las diez claves que nos dan los autores son las siguientes:
1.- Examina tu vida. 2.- Preocúpate sólo por aquello que puedas controlar. 3.-Atesora la amistad. 4.-Experimenta el auténtico placer. 5.- Domínate a ti mismo. 6.- Evita los excesos. 7.- Sé responsable. 8.- No seas un necio próspero. 9.- No hagas daño a los demás. 10.- La bondad hacia los demás tiende a ser recompensada.
Segunda: PREOCÚPATE SÓLO POR AQUELLO QUE PUEDAS CONTROLAR.
“No son las cosas en sí mismas las que perturban a las personas sino su juicio sobre éstas.” Epicteto. Filósofo que nació esclavo y logró su libertad, tenía como modelos a Sócrates y a Diógenes. Más que un filósofo era un observador y un moralista.
Qué gran principio éste del famoso filósofo. Hay muchas personas que se pasan la vida preocupados en temas que no pueden controlar y descuidando lo realmente importante para ellas, que son ellas mismas. Malgastamos lo que más deberíamos valorar, nuestro tiempo. Es increíble la cantidad de personas que lo malgastan con preocupaciones que solo les llevan a un estado de amargura y desequilibrio, de desazón. En alguna ocasión he preguntado, a alguien que me contaba una situación que le preocupaba y trastornaba, si ese estado en el que estaba inmerso solucionaba o cambiaba de alguna manera lo que originaba el trastorno; la respuesta siempre es la misma: «claro que no». Entonces, ¿de qué sirve ese desgaste interior?. Después de este razonamiento inevitablemente viene el lamento: «no lo puedo evitar, yo soy así».
Existen modos y técnicas para cambiar esa forma de pensar y de torturarse. Claro es que no podemos controlar todos los resultados que podamos pretender, lo que si podemos es aprender a controlar la reacción frente a dichos resultados.
Imaginemos una persona de nuestro entorno con la que no compartimos su forma de pensar, de ser, sus reacciones ni sus comentarios. En nuestras manos no está el cambiarla, seguramente ni ella pretenderá el cambio. Ahora, en nuestras manos si está el poder evitar la relación con ella. Es nuestra elección. Y si no puede ser el llegar a distanciarnos, deberemos aprender a soportar esa situación. Algunos diréis: «pues, ¿para esta solución tantas vueltas?». Claro que sí, estas soluciones unas u otras requieren sabiduría, voluntad, determinación y disciplina. Lo que está meridianamente claro, y volvemos al principio, es que de nada nos sirve preocuparnos de lo que no podemos controlar.
Pongamos otro ejemplo, un error que cometimos en el pasado, y que ya no podemos borrar, ni resolver de ninguna forma, entonces, ¿nos sirve de algo atormentarnos y martirizarnos por lo ocurrido? La respuesta es clara, NO. Pues entonces de nada sirve esa actitud.
Un mismo hecho puede ser visto de formas distintas, entonces, ¿por qué no podemos elegir la más beneficiosa para nosotros?. Hay que trabajar sobre esas “cosas” que no podemos cambiar, para verlas de un prisma nada dañino. Siempre de cualquier hecho podemos sacar algo positivo, podemos ver algún aspecto que nos puede ayudar a ser mejores personas.
Cada vez que te enfrentes a un problema, hazte esta pregunta sencilla: ¿puedo controlar este problema? Pues si la respuesta es no, olvídalo por completo.
(Del libro “DIEZ REGLAS DE ORO” La sabiduría de los griegos).
José Luis Mellado Vergel
Socio León y Vergel Asesores, S.L.