Esta disparatada idea seguramente haya nacido entre esos compañeros que se hacen llamar colegas y comienza bajo indirectas de mi tutora que prefiero no captar. ¡Qué fácil sería redactar un breve artículo sobre cualquier novedad legislativa! Sin embargo, este no va a versar sobre aspectos relativos a sociedades, IRPF, impuestos, SAT, Fondos de Formación y Sostenibilidad o leyes, será mi paso por la asesoría, perdón, familia, y mi aprendizaje lo que voy a intentar transmitir. Mi experiencia aquí… ¡Qué cosa tan extraña!

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Mi experiencia… comienza entre nervios, café y cábalas sobre qué me encontraré, ¿un abogado de esos trajeados, de barriga redondeada y ese aire solemne que da la experiencia? A falta de diez minutos, ultimo los detalles finales y me aventuro hacia esa asesoría, perdón, familia. Mi primer recibimiento es el de un telefonillo que más que a eso suena a un camión de bomberos, para tranquilizarme (nótese la ironía)… y así empezó mi camino por León y Vergel Asesores, perdón, Familia León y Vergel.
Y,  tras subir esas escaleras nerviosa, lo primero que me encuentro es un lugar fresco, joven, sin corbatas que corten la respiración ni formales maletines, sin formalismos.  Lo que encuentro ante mí es una empresa que hace hincapié en la continua formación y actualización de sus trabajadores, que apuesta por las nuevas generaciones, por personas jóvenes que disfrutan con su trabajo, ansiosas por aprender, por mejorar, donde los murmullos se acallan para dejar hablar a la voz de la experiencia.  La experiencia de esas otras más veteranas que aportan equilibro, sabiduría, tanto profesional como personal, siempre dispuestas a enseñarte, a ayudarte. Allí, los problemas, como en las familias, se solucionan entre todos.
Y como un concepto jurídico indeterminado el Jefe; perdón, socio-gerente; no perdón, Líder; bueno,  José Luís.
Mis predecesores lo llamaron loco, creyeron que estaba enfermo. Yo, sin embargo, no sabría cómo calificarlo, pero sin lugar a dudas nunca de esa forma. Porque por lo que he tenido la suerte de conocer de él puedo decir que es una de esas mentes especiales de las que te encuentras pocas en la vida, una de esas que funcionan de manera singular, que tienen su propio mecanismo distinto al de la mayoría del resto del mundo con engranajes y piñones que giran a su propio ritmo.
Y como dicen que todos los genios son despistados yo tuve la suerte y el placer de conocer a José Luís dos veces una en mi nombre y otra en el de una de mis compañeras.
Mi experiencia… es difícil de describir, pero lo haré lo mejor que pueda. Aunque si tuviera que definirla en una palabra sería APRENDIZAJE. Aprendizaje profesional y personal.
Mi experiencia…consiste en una tutora que más que eso ha sido una amiga durante este tiempo, preocupada por mí en todo momento, enseñándome, dándome apoyo, un apoyo que siempre intenté que fuera mutuo, haciéndome sentir como en casa cuando me sentaba a ese escritorio a veces inestable por el que habían pasado otros antes que yo, incluida ella.
En todo momento, me he encontrado con personas que me han hecho sentir cómoda, en casa, incluso cuando cometía errores, se me caía el agua o, simplemente, ante las carencias que deja este plan Bolonia. Pero sobre todo preocupadas porque aprendiera lo máximo posible cada día, cada uno a su manera, cosa que he intentado hacer siempre, escuchando, preguntando y, ante todo, trabajando.
Personas, que llevan a sus espaldas el peso de la Asesoría y la historia que hay detrás de ella, y otras nuevas, fugaces incluso, pero que van a dejar un vacío enorme y el listón muy alto, porque, al menos yo, ya no podría imaginarme a esa familia sin ellos. Personas valientes y sin vértigo que han dejado todo atrás para luchar, para mirar al futuro desde arriba, pero lejos de aquí. Y otras que han pintado el tiempo que hemos compartido de anécdotas y risas, y que están demostrando a aquellos que no confiaban en ellos todo lo que valen que es mucho, sin darse cuenta de que los que los conocen ya lo saben.
Y yo, mientras, en mi pequeño escritorio, entre Góngoras y Quevedos, Don Quijotes y Sanchos, inmersa en cláusulas suelo, estatutos, modelos 600 me he sentido una más, aprendiendo, ante todo aprendiendo, esforzándome e intentando merecerme ese aprobado que tan difícil me ponían.
Y, así, rodeada primero de IVAs, luego de rentas, me he encontrado lo más cerca posible de lo que significa ser una graduada en derecho.
Mi experiencia… ha sido enriquecedora, tanto profesional como personalmente, rodeada de todos aquellos que están detrás de los impuestos, de las sociedades, de los contratos, de los números, pero lo más importante rodeada de  personas que están detrás de otras personas. Por eso, cuando a partir de ahora me pregunten si he pensado lo que quiero hacer cuando termine la carrera por fin sabré que decir. Quiero ser tan buen profesional y, sobretodo, persona como todos ellos, manteniendo siempre esa dedicación y preocupación tanto por los números como por las personas.
Y, entre IVAs y rentas, lo primero porque es lo que ocupaba la mayor parte del tiempo a mi llegada y lo segundo porque es con lo que cierro este breve período, puedo decir que me voy, sin pasar por Uganda, con buen sabor de boca, ese picante que deja el jengibre y con cocodrilos en los bolsillos.
Por cierto, gracias, Carmen. Gracias por tu atención, por tu apoyo, por tu confianza, por delegar en mí, por darme responsabilidades, por hacerme sentir útil.
PDTA: No, Toñi, no nos ha tocado la lotería (¡Qué más quisiéramos!)

Leticia Romera Gallardo

Dpto. jurídico