Les invitamos a que lean este artículo del periódico El Huffington Post de Mónica Esgueva.
El Poder de las Crisis
En tiempos de crisis financiera, profesional o personal, y cuando la incertidumbre parece inundar nuestra vida, hay mucha gente que sufre mucho. En esos momentos, todo parece oscurecerse y volverse dramático y sombrío para algunos. No obstante, estos momentos a menudo pueden convertirse en una oportunidad para construir un nuevo y brillante futuro.
Reflexiona sobre tu propia vida. ¿Alguna vez te sobrepusiste a un momento de crisis y te convertiste en una persona mejor gracias a haber pasado por ese trance? ¿En algún momento has luchado por superar épocas difíciles y te convertiste en una persona más fuerte debido a ello? ¿Alguna vez te has enfrentado a problema de frente y has conseguido sobresalir más allá de lo que nunca pudiste pensar? Los humanos somos seres con unas capacidades inauditas que a menudo solo sacamos y expandimos cuando somos puestos a prueba. Por eso, a veces las crisis nos pueden ser útiles para desarrollarnos y crecer de una manera impensable cuando nos acomodamos en la rutina del piloto automático, la seguridad y el control.
¿Qué es lo que hace que ciertos individuos respondan con negación, ansiedad, ira o depresión ante las crisis? ¿Y qué lleva a otros tomarlo como fuente de poder, esperanza y visión, y logren cambiar su vida positivamente gracias a estas experiencias?
Existe una gran variedad de actitudes y comportamientos de las personas al afrontar las crisis, si bien una de las características clave parece ser la resiliencia. Es decir, la capacidad para sobreponerse a períodos de dolor emocional y situaciones adversas, y en lugar de quedar dañados psicológicamente por los reveses vitales, resultar fortalecidos. Muchas de estas habilidades pueden desarrollarse y reforzarse, lo cual nos permite poder superar los contratiempos y obstáculos en lugar de caernos y no ser capaces de volver a levantarnos después.
En mi opinión, cultivar las siguientes capacidades nos ayudará a poder superar las crisis con resiliencia:
Consciencia
Las personas resilientes son conscientes de la situación, de sus propias reacciones emocionales y también perciben con claridad el comportamiento de los que les rodean. Con el fin de manejar las emociones, es esencial comprender cómo nos sentimos y las causas de nuestros sentimientos, sin engañarnos, sin escondernos, sin reprimir.
Aceptación
Es fundamental comprender que los reveses son parte de la vida. La existencia está llena plagada de retos, ésta es la pura realidad. Aunque no podemos evitar muchos de los obstáculos que nos llegan ni sortear la gran mayoría de los problemas, podemos permanecer abiertos, flexibles, dispuestos a adaptarnos a los cambios sin perder energía inútil luchando contra lo que no podemos modificar.
Modo de control interno
¿Percibes que llevas las riendas de tu propia vida? ¿O culpas a fuentes externas de tus fracasos y problemas? Generalmente, las personas resilientes tienden a moverse con un modo de control interno. Es decir, creen que las acciones que realizan afectarán el resultado de una situación. Por supuesto, algunos factores se quedan fuera de nuestro control personal, como los desastres naturales o cuando realizan un ERE en tu empresa. Lo cierto es que aunque podemos echar un poco de culpa a causas externas, lo primordial es sentir que tenemos el poder de decidir nuestra actitud así como el de tomar decisiones que afectarán a nuestra situación, a nuestra capacidad para hacer frente a lo que llega y a nuestro futuro también.
Visión clara
Cuando surge una crisis, las personas resilientes son capaces de detectar una solución. En situaciones de peligro, la gente a veces se atasca en una estrechez de miras. No son capaces de tener en cuenta detalles importantes ni de percibir las oportunidades ni la necesidad de adaptación a nuevas circunstancias. Los individuos resilientes, por el contrario, son capaces de calmarse y reflexionar con nitidez sin dejarse arrastrar por los miedos.
Tener conexiones sociales fuertes
En momentos difíciles es muy importante contar con personas que puedan ofrecernos apoyo. Hablar de los desafíos a los que nos enfrentamos y expresar las emociones que nos oprimen ayuda a ganar perspectiva, buscar nuevas soluciones, y tomar un poco de distancia del huracán.
Amigos, miembros de la familia, compañeros de trabajo y grupos de apoyo pueden resultar fuentes potenciales de conexión social.
Identificarse como superviviente, no como víctima
Ante cualquier crisis potencial, es esencial vernos a nosotros mismos como supervivientes. Evitemos pensar en nosotros como víctimas de las circunstancias, y en su lugar, busquemos la manera de resolver el problema. Aun cuando la situación puede ser ineludible, podemos mantenernos enfocados en un resultado positivo y en mantener nuestro equilibrio interno, pase lo que pase.
Ser capaz de pedir ayuda
Cuando nuestra fortaleza se tambalea y nuestros recursos internos se muestran insuficientes para hacer frente a los desafíos, hay que saber buscar y pedir ayuda, sea a través de libros o de un buen terapeuta o coach que nos pueda guiar en el desarrollo de nuestras propias capacidades internas.