Andaba reflexionando hacía unas semanas sobre el concepto de HUMILLACIÓN, cuando en un grupo de los de “guasat” me llega un mensaje de una amiga: “la dignidad también”. Hacía referencia sobre lo que había perdido en una reunión de amigos, objetos materiales, y de forma, irónica, o no, su dignidad. Parece que los pensamientos llaman siempre a otros sucesos relacionados. Esta amiga se refería a una situación de exceso de “embellecedor”, (alcohol). Y esto me impulsó a tratar este tema. Y relacionarlo también con el AMOR y el ENAMORAMIENTO. La DIGNIDAD, según la RAE, es la cualidad propia de la condición humana de la que emanan los derechos fundamentales, junto al libre desarrollo de la personalidad, que precisamente por ese fundamento son inviolables e inalienables. El Oxford Languages la define como la cualidad del que se hace valer como persona, se comporta con responsabilidad, seriedad y con respeto hacia sí mismo y hacia los demás y no deja que lo humillen ni degraden. La relación entre dignidad y humillación es clara. La persona que pierde la dignidad termina siendo humillado. Y la persona que es humillada puede llegar a perder su dignidad, en función de la actitud que adopte frente al que la humilla. Miles de ejemplos hay en la historia sobre personas que aun siendo humilladas no dejaron perder su dignidad incluso sabiendo que perderían su vida. En el amor y en el enamoramiento puede llegar a perderse la dignidad, creo que más en el enamoramiento. Ese estado donde uno puede llegar a perder la consciencia de uno mismo por el amor desaforado y frenético que siente por el otro. Casi todas las personas que puedan leer esto saben de lo que hablo, si han estado o están en ese estado de enamoramiento. Difícilmente en un estado así los enamorados se sienten humillados, ya que por encima de todo está el DESEO de estar con la otra persona, a pesar incluso, de perder parte de su dignidad.
Esto se produce principalmente cuando los sentimientos de la pareja, no llegan a estar en equilibrio, o una persona considera que no está al mismo nivel que la otra. En los primeros momentos del enamoramiento, donde todo es pasión y deseo esto no suele ocurrir, o en ese estado mental y anímico los “contendientes”, no son capaces de evaluar esta situación. Seguro que hemos reconocido desde fuera o, transcurrido un tiempo, como protagonistas, estas situaciones. Conozco una situación donde una persona enamoradísima de otra, manifestaba a su persona amada, que no le importaba los sentimientos de la otra, digamos que era consciente de ese desequilibrio, pero aun así no le importaba y quería continuar la relación, seguramente con la esperanza de que algún día la otra persona sintiera lo mismo. Y yo me pregunto, este tipo de situaciones no se precipitan al desastre en algún momento de la relación. La persona menos afectada por el sentimiento del enamoramiento en la relación es consciente de su poder frente a la otra, y tiene dos posibles soluciones: abandonar a la otra, antes del desastre, sobre todo cuando sabe que su amor no avanzará hasta la situación de la otra; o terminar sintiéndose cómoda y sintiendo ese poder, y de forma, quizás cínica, mantener esa relación y apoyarse en los deseos de la otra persona de mantener la relación, a pesar de todo. Hasta qué punto es esto moral. En relaciones que comienzan a debilitarse pueden llegar a ocurrir este tipo de situaciones, incluso de forma inconsciente. La desaceleración en la relación, cuando no se toma una solución drástica, de dejarlo de forma instantánea; casi siempre lleva a que ese ritmo no sea el mismo, y uno de los miembros de la pareja se distancie de la relación más rápido que el otro, y lo que antes era una relación equilibrada se convierta en una relación donde uno termine humillando al otro y se produzca la pérdida de la dignidad. Y todo esto de forma inconsciente. Hasta que un día el miembro de la pareja humillado se hace consciente de esta situación y decide romper la misma de forma drástica e instantánea. Esto hace que cuando así se produce sea difícil mantener la relación en un nivel distinto al que hubo en el momento en que todo fluía y se sentía en el ámbito del amor más profundo. La humillación entre otras es una situación que uno/a impone, normalmente contra la voluntad del otro/a. Y como ya he comentado se produce en situaciones donde inicialmente no se es consciente que esto está ocurriendo. Aquí como casi siempre en todas las acciones humanas aparece la RESPONSABILIDAD, de cada uno. Y desde mi punto de vista cuando cualquier acción humana está impregnada de esa virtud y se hace de forma consciente todo vale. Quizás lo único que pondría en duda es la parte moral. Y la moral definida como las acciones de los sujetos, en la relación con los otros. Quizás sería interesante en cualquier pareja plantearse en qué punto se encuentra la relación y como cada miembro de la misma se siente dentro de la misma. Eso podría dar resultados conscientes de si puede llegar a sentirse en esa situación de desequilibrio y en qué nivel es asumible a nivel individual ese sentimiento de humillación. Pedir esto a dos enamorados parece que puede ser tarea difícil.
Dpto. de comunicación