En estos tiempos que corren, donde cada día que pasa es más importante la especialización, se producen situaciones en las que un individuo llega a representar un área de la empresa, convirtiéndose a su vez en técnico y gestor. En la vorágine del día a día, podemos cometer el error de no ser conscientes de la importancia que tiene el trabajo en equipo de ese individuo para el conjunto global de la organización.
Pero ¿con quién puede/debe trabajar en equipo? La pregunta es a veces incierta, ya que no solo debería compenetrarse con los compañeros que quizás no tiene en su departamento, sino que también es necesario que lo haga con otras áreas que dependen de su trabajo, o de las que él necesita documentación. En los nuevos modelos organizativos que se van instalando en las empresas punteras, la creación de grupos de trabajo paralelos a la actividad cotidiana en la búsqueda de nuevas líneas de negocio, obliga a mezclar puestos de trabajo tan dispares como «contables», «personal de logística» e «ingenieros». Y esto, tiene una explicación muy sencilla, ya no se ofrece solo un producto, ni siquiera la mezcla del producto y el servicio conjunto. El motivo de todo esto, es generarle una necesidad al cliente que ni siquiera él conoce, y que nosotros vamos a poderle cubrir inmediatamente.
Por eso, se convierte en prioritaria una simbiosis del equipo con el cliente, con sus empleados. Es tan necesaria, como el mantener la satisfacción de que el trabajo se está realizando correctamente, las necesidades se están cubriendo, y las incidencias que surgen se resuelven como un verdadero EQUIPO, porque las victorias en conjunto sientan mejor.
El cliente, estará mas satisfecho, en la medida en que se sienta uno mas de la compañía, colaborando con todos sus miembros, y resolviendo todas las incidencias. Y en ese momento, dejará de ser el CLIENTE, para convertirse en COMPAÑERO DE EQUIPO.
La importancia del trabajo en equipo reside en la capacidad de compenetración de todos y cada unos de sus individuos, en el sacrificio de lo individual por el bien común, y por supuesto, en la búsqueda de un resultado colectivo. En ocasiones, la necesidad obliga a la ausencia del líder (ese rol que acapara toda la responsabilidad y presencia), y es en ese momento cuando un gran equipo debe responder, hacer las delicias del cliente, y conseguir que todos sus individuos puedan saborear el éxito de una buena gestión.. Seguro que tienes identificado a tu Cristiano Ronaldo y a tu Messi, pero, ¿sigues teniendo resultados cuando no están? ¿eres capaz de encontrar los valores que aportan el resto de los compañeros?
El valor del equipo es algo intangible, pero tan potente, que deberíamos ser capaces de identificarlo a nivel colectivo. Así como el aporte individual de cada uno de sus integrantes al mismo. Por lo tanto, ¿crees que en tu organización se trabaja en equipo? ¿podemos identificar lo que aporta cada individuo del equipo al beneficio colectivo?, ¿sabes detectar las posibles flaquezas? ¿y las virtudes?. ¿Empezamos a modificarlas y convertirlas en resultados?
Jonathan Gavilán Luque
Departamento Laboral