Confiar o no confiar. Esa es la cuestión

Vivimos en un mundo sustentado por un sistema capitalista. La mayor característica del capitalismo se basa (aunque parezca mentira) en la CONFIANZA.

  • Como tus clientes pierdan la confianza en ti no te van comprar.
  • Como tus proveedores pierdan la confianza en ti no te van a vender.
  • Como los bancos no confíen en ti no te van a dejar pasta.
  • Como tus trabajadores no confíen en ti no van a trabajar contigo.
  • Como los socios no confíen en ti no van a querer ser tus socios (socioooooooooooooooo).
  • Como el estado no confíe en ti te puede hacer la vida imposible.

Todas estas partes interesadas (stakeholders) obtienen beneficios o sufren daños como resultado de las acciones de la misma empresa. Así que la clave está en la CONFIANZA. (¡Cómo en casi todo en la vida!)

Ahhhhh, ¡pues es verdad! ¿Qué podemos hacer para que estos stakeholders confíen en mi empresa?

Hay varias formas de conseguir esa tan querida y buscada CONFIANZA, por ejemplo:

  • Ser buena persona y tener una empresa basada en valores guachis, como son las empresas EHR (Empresas Humanamente Responsable).
  • No faltar a tu palabra, ni a tus pagos.
  • Y a donde yo quería ir a parar: AUDITAR los estados financieros de la empresa.

En qué consiste auditar los E.E.F.F de la empresa, pues hablando mal y pronto consiste en decir:

– Estoy tan seguro de que lo tengo todo bien que abro las puertas de mi empresa a alguien que “no conozco” y que es “independiente” a mí, y además estoy dispuesto a contestar a todas las preguntas que me realice con el único objetivo de que emita una opinión sobre los E.E.F.F de mi empresa. Eso sería el caso, más bien, de las auditorías VOLUNTARIAS, que componen un 20% (unas 20.000 auditorías) sobre el total de auditorías realizadas en España. Esas auditorías suelen estar bien y suelen tener una opinión favorable, sino ¿para que iba a ser auditada voluntariamente?

– También nos encontramos las auditorías OBLIGATORIAS. Si superas unos parámetros el estado te obliga a que seas auditado. Es decir, el estado te incita a que hagas las cosas bien, ya que si no vendrá un hombre “independiente” con traje, maletín y corbata, gordito, un poco calvo y con cara de amargado y dirá al mundo que no haces las cosas bien. Claro se supone que es fundamental que sea independiente y aquí viene la conocidísima paradoja del auditor.

¿Quién paga al auditor? Pues la empresa auditada. A tomar por saco la TAN importante y requerida INDEPENDENCIA. Mientras esto siga así no habrá INDEPENDENCIA.

¿Y si cambiamos la tan ansiada a la par que irrealizable INDEPENDENCIA por PROFESIONALIDAD? Eso sí creo que sería posible.

¿Y por qué no se hace con PROFESIONALIDAD? A ver si va a ser que no hay.

En conclusión, no somos INDEPENDIENTES (nadie lo es) somos PROFESIONALES como la copa de un pino (al menos lo intentamos todos los días que vamos al trabajo)

¿Te fías… CONFÍAS en nosotros? No estamos gordos ni amargados pero también auditamos :)

Si estás interesados ponte en contacto con nosotros. Telefonéanos al 950 32 43 06 o escríbenos un email a alejandro@leonyvergel.com

                                                                                 

Alejandro Mellado Vergel