El Derecho está presente en nuestro día a día, está presente en nuestras actividades cotidianas. Algo tan sencillo como hacer la compra implica aplicar el derecho, siendo un contrato de compraventa lo que se acciona en dicha situación, o como al leer el periódico se ejerce el derecho fundamental a la información.
Es por ello que no puedo evitar traer a colación la reflexión de Carlos Nino: “el Derecho, como el aire, está en todas partes”.
Es cierto e indudable que el Derecho interviene en cualquier esfera social. El derecho es necesario. Debe ser comprendido siempre culturalmente, como la regulación de la vida social del hombre tendente a alcanzar la Justicia. Es indiscutible relacionar la idea de Justicia con la idea de Derecho.
Y me pregunto, ¿qué es la Justicia?
El diccionario de la Real Academia Española la define, entre otras acepciones, como:
“Una de las cuatro virtudes cardinales, que inclina a dar a cada uno lo que le corresponde o pertenece”.
“Derecho, razón, equidad”.
Injusto es aquello que nos parece mal moralmente, que no aceptamos por atentar contra la idea del bien que tenemos.
Consiguientemente existe la necesidad del ser humano de relacionar directamente un acto justo con aquellos valores que la sociedad acepta. Cada uno de nosotros nos caracterizamos por tener valores morales, aun siendo diferentes. Ellos suelen ser los que nos sirven para justificar numerosas de nuestras actuaciones y comportamientos.
Ahora bien, para comprender esto en su plenitud, no podemos dejar de lado sin tratar brevemente las nociones de moral positiva o social y la de moral crítica.
Podemos definir la moral positiva como aquel conjunto de valores morales y principios que comparten las personas que integran una parte de la sociedad. A diferencia de ésta, la moral crítica está compuesta por el conjunto de principios y valores morales “esclarecidos”, esto es, aquellos que resultan a partir de un proceso de justificación racional previo. Una y otra no tienen por qué estar ligadas, ya que valores por el mero hecho de ser aceptados por la mayoría de la sociedad (moral positiva) no quiere decir que estén justificados y que sean los adecuados para regular el comportamiento de la misma (moral crítica).
Y aquí entra en juego el papel del Derecho, siendo una de sus funciones la de cumplir con la justicia, en ambas versiones.
Retomando el tema de la sociedad y el derecho, es importante no olvidar que el hombre por naturaleza, de forma instintiva está incitado a vivir en comunidad. No es aislándose, sino asociándose, como la persona puede llegar a alcanzar su pleno desarrollo.
Por ello, la convivencia, incluso la más básica y fundamental, la familia, necesita de una ordenación adecuada de las relaciones entre las personas que la configuran, para llegar a alcanzar su completo desarrollo. Dicha vida común requiere necesariamente la intervención de las normas para regularla.
Inevitablemente sale a relucir el importante papel del Derecho y la unión inseparable de los conceptos Derecho, Justicia y Sociedad, los cuales, como vemos, es imposible de explicar de forma aislada sin tratar unos con otros.
La Justicia se expresa a través del Derecho y el Derecho es el medio que hace posible la Justicia. No hay Derecho sin sociedad, y toda sociedad necesita del Derecho para poder subsistir y funcionar.
Carmen Lozano López
Departamento jurídico